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Narrativas para un mundo mejor

Cómo vestirse sin violar los derechos humanos

Los acontecimientos ocurridos en Bangladesh durante las últimas semanas, donde más de un millar de personas han fallecido al derrumbarse el complejo textil donde trabajaban, ha devuelto a la actualidad las condiciones laborales en las que se realizan ciertos trabajos relacionados con la moda.

Pero a la vez, también ha aumentado la sensibilización de los consumidores y ha puesto de manifiesto alternativas: prendas con mensajes para generar conciencia, ropa de comercio justo que garantiza el cumplimiento de los derechos laborales

Prendas para generar conciencia

«Llevar un fular con los colores de la bandera gay es peligroso en Uganda, ser mujer y vestir pantalones puede suponer un castigo de 40 latigazos en Sudán, una cartera para ir a la escuela puede costar la vida si eres niña en Pakistán».

Amnistía Internacional (AI) advierte de las consecuencias de vestir ciertas prendas de ropa y, precisamente por ello, las pone a la venta con carácter reivindicativo. Todas ellas conforman la colección Ropa Comprometida 2013.

Mediante estas prendas, se defienden derechos vulnerados en algunos países del mundo, como el derecho a la libertad de expresión, a no sufrir violencia, tortura ni malos tratos, derecho a la vida, a la integridad física, a no ser discriminado, a la igualdad ante la ley o derecho a la educación.

Las ropas están confeccionadas en materiales naturales como el algodón o la seda. Son camisetas -una de ellas con capucha a favor del grupo punk ruso Pussy Riot-, un fular arcoiris, un bañador, pantalones, una cartera escolar, una falda y un mono de color naranja, inspirado en los uniformes de quienes son condenados a la pena capital en Estados Unidos.

Todos los diseños transmiten un mensaje escrito, como serigrafías o textos a favor de la libertad de expresión, o bien emplean los colores utilizados en la bandera gay y las de Sudán, Cuba o Kurdistán.
Ropa y comercio justo
La cantidad de ropa nueva que se produce implica «una explotación muy importante de recursos naturales, que en su mayoría no se recuperan mediante el reciclaje». Intermón Oxfam (IO) recuerda que el comercio justo «busca cambios en las formas de producir, de comercializar y de consumir, para que el mundo sea un lugar más humano y más sostenible». Estos son los valores que impregnan la moda incluida en este movimiento. En su nueva colección Veraluna primavera-verano, IO defiende «una moda ecológica y comprometida» inspirada en los colores de Indonesia y que garantiza «las condiciones laborales de los y las productoras de la India, el valor más importante».

Esta colección se incluye en la corriente «ecofashion» porque sigue las tendencias de la moda, pero tiene un mínimo impacto en el medio ambiente y cumple con los principios del comercio justo. En cuanto a su fabricación, el diseño corresponde a la española Luna Hussein, los estampados a Marina Molares y la producción recae en cuatro grupos de la India: Creative Handicrafts, Rajklshkmi, CRC y EMA.

«Rajlakshmi Cotton Mils Ltd produce y exporta productos textiles de algodón de comercio justo y orgánico. El algodón orgánico evita los problemas sociales, económicos y medioambientales propios del cultivo del algodón convencional, puesto que no usa ni pesticidas ni insecticidas. La contaminación de suelos y aguas que se deriva del cultivo del algodón convencional produce enfermedades a los campesinos y sus familias, además de estropear suelos», detalla IO. Todas las prendas se pueden adquirir en las tiendas de Intermón Oxfam, tanto físicas como on line.

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