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Países europeos invertirán en la salud de las naciones empobrecidas

La investigación y el desarrollo farmacológico y de nuevas tecnologías para la salud está casi en su totalidad en manos de la iniciativa privada, para quien la salud en los países pobres no es rentable; mientras, en las economías más vulnerables enfermedades como la malaria, el VIH-Sida y hasta la diarrea matan a millones de personas cada año

Un total de 10 países europeos, se comprometieron ayer en España a impulsar las iniciativas políticas, sociales y de investigación destinadas a mejorar la investigación y el desarrollo (I+D) en fármacos, tecnología y modelos organizativos innovadores para buscar soluciones a los problemas de salud que más afectan a los países en vías de desarrollo.

Representantes parlamentarios de España, Bélgica, Dinamarca, Alemania, Irlanda, Noruega, Portugal, Países Bajos, Reino Unido y Suecia harán lo posible para promover el desarrollo de «nuevos productos biomédicos para combatir el VIH/sida, la tuberculosis, la malaria y otras enfermedades olvidadas» que afectan, sobre todo, a los países en vías de desarrollo.

Destacaron además su acuerdo en apoyar «modelos organizativos innovadores de I+D y eficientes», como los denominados partenariados desarrolladores de producto (PDP), que son organizaciones sin fines de lucro centradas en el desarrollo de nuevas tecnologías de salud asequibles y dirigidas a los problemas de salud que más afectan a los países pobres, para lo que cuentan con fondos tanto públicos como privados.

De los cerca de 86,000 millones de euros (106,000 millones de dólares) que se destinan al año en todo el mundo a I+D en salud, sólo 2,000 millones de euros (2,500 millones de dólares) abordan los problemas en salud de los países en desarrollo, se afirma en el documento aprobado.

Aunque esta partida «se ha visto incrementada en la última década», la I+D es en la actualidad «un proceso complejo, arriesgado y costoso» del que se hace cargo el sector privado en un mercado donde trabajar para conseguir fármacos o tecnología destinados a los más desfavorecidos no es rentable, apunta el texto.

Ante la «abrumadora» carga de enfermedades que afectan a los países más pobres y en especial, a poblaciones vulnerables como mujeres y niños, «se necesitan con urgencia nuevas y mejores herramientas y productos para ayudar a controlar, y en último término acabar», con enfermedades como el VIH/sida, la tuberculosis o la malaria, señalaron los parlamentarios.

El director del Centro de Investigación en Salud Internacional, el investigador Pedro Alonso, que estuvo en la presentación del documento, señaló que están identificadas las enfermedades que causan las desigualdades en salud que presentan los países en vías de desarrollo, pero se necesitan nuevos fármacos y herramientas de diagnóstico que sólo se conseguirán a través de la investigación.

Hay «una necesidad urgente» de contar con una vacuna contra el VIH, afirmó. También es vital conseguir una vacuna eficaz contra la tuberculosis. Se requieren además nuevos fármacos antimaláricos que venzan las resistencias y una vacuna contra la neumonía que incluya los serotipos 1 y 5, los más prevalentes en África y con los que no cuenta la actual vacuna conjugada de siete serotipos.

Además, los países pobres siguen sin contar con una vacuna contra la diarrea adecuada, a pesar de que esta simple enfermedad todavía mata niños en África, señaló.

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